Diario El Heraldo (30/6/2014) Profesores siguen renunciando al programa de previsión de servicios médicos creado mediante reformas al Inprema para impedir jugoso negocio a los colegios magisteriales.
Todo indica que la Cuenta de Ahorro Previsional (CAP), creada mediante las reformas hechas al Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema), va rumbo al fracaso.
Y es que cada vez son más los profesores que renuncian a esta iniciativa, establecida para permitirle al docente el acceso a los servicios médicos después de su jubilación, ya que son un gremio que pierde este derecho al momento del retiro.
El titular del Inprema, Ernesto Carías, confirmó que a la fecha entre 30 y 40 mil profesores han dejado de cotizar al CAP, lo cual representa un 40 por ciento del total de cotizantes a esta iniciativa.
Carías sostuvo que cada maestro es libre de escoger las condiciones bajo las cuales se quiere retirar y descartó que esta desbandada impacte en las finanzas del Inprema, que proyecta cerrar el 2014 con 30 mil millones de lempiras.
“Estamos hablando de entre 30 y 40 mil maestros que ya no están (en el CAP) que renunciaron, si esto aumenta no pasa nada, solo que el maestro deja de recibir servicios complementarios, deja de recibir seguros complementarios que algunos de los institutos no se los han dado”, explicó.
Cabe señalar que con las reformas realizadas a la Ley del Inprema, los docentes ahora aportan el 3.5 por ciento de su salario al CAP y un 0.5 por ciento a los colegios magisteriales.
Antes de la reforma, los profesores podían aportar el cuatro por ciento a los colegios magisteriales para obtener cobertura médica al momento de su retiro, pero fue disminuida en virtud de que no es competencia de estas organizaciones que percibían hasta 500 millones de lempiras por este concepto.
Recaudación
La Cuenta de Ahorro Previsional actualmente genera un ingreso mensual de entre 10 y 12 millones de lempiras al Inprema, mediante la cotización del 3.5 por ciento de unos 56 mil maestros del sistema educativo tanto público como privado.
Es con estos fondos que el Inprema ha comenzado a retribuir en beneficios a los maestros acogidos al sistema.
La CAP ofrece tres tipos de seguro de vida para los maestros: uno de un millón de lempiras, otro de 500 mil lempiras y un tercer seguro de 200 mil lempiras para cada miembro de la familia de cada educador al momento que cualquiera de ellos fallece.
La iniciativa también comprende una cobertura de gastos médicos para los jubilados.
“Un 40 por ciento probablemente de los maestros han renunciado al CAP, de alguna manera eso le quita al docente la oportunidad de tener beneficios complementarios, pero cada docente está en la disposición de aceptar o no y lo hemos mantenido de esa forma”, apuntó Carías.
“El CAP le permite al jubilado de alguna manera ir haciendo su ahorro, su aportación para la cobertura médica que va a tener el día de mañana, y eso me parece importante que el jubilado lo conozca, porque al renunciar, renuncia realmente de la posibilidad de tener o cubrir los gastos médicos”.
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