El ajuste de gastos que proyecta el gobierno nacional para el año que viene se sentirá con fuerza en la educación inicial, primaria y secundaria. Casi todos los programas del Ministerio de Educación destinados a fortalecer esos segmentos del sistema educativo sufrirán recortes pronunciados en 2019.
Las caídas más marcadas se registran en los programas de Fortalecimiento Edilicio de los Jardines de Infantes, que cae un 57% en términos nominales y un 68,4% en términos reales; el Plan Nacional de Educación Digital, con un recorte del 58,8% nominal y del 68,8% real; las partidas para Infraestructura y Equipamiento, que caen un 69% nominal y un 77, 1% real. Aunque la educación es responsabilidad de las provincias, la inversión nacional sostiene una parte del sistema y suaviza las inequidades entre los distritos.
Los porcentajes surgen de comparar el presupuesto vigente con el proyectado para 2019. Como ya se hicieron recortes durante el año en curso, la brecha se amplía si el contraste se hace con el presupuesto 2018 tal como fue sancionado. Para calcular la variación real se tiene en cuenta la inflación promedio del 34,8%, incluida en el proyecto de presupuesto 2019. Es el índice que contempla el Gobierno para determinar la evolución de distintas variables, por ejemplo, para proyectar la caída del 0,5% del PIB.
La reducción general de las partidas para educación se refleja también en la “función Educación y Cultura”, una categoría del presupuesto que engloba el gasto para esa finalidad de todas las áreas de la Administración Pública Nacional. Si bien registra un crecimiento nominal del 21,3%, el alza queda por debajo de la inflación promedio. En relación con el PIB, la “función Educación y Cultura” cae del 1,37% en 2018 al 1,25% en 2019.
El recorte global no es aún mayor por el crecimiento de los recursos destinados a las universidades. El programa Desarrollo de la Educación Superior experimenta un aumento nominal del 36%, lo que significa un incremento real del 1,7%, precisa un estudio de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera). Como los fondos para el sistema universitario concentran casi el 70% de los recursos que el Ministerio de Educación vuelca a sus 18 programas, la contracara de ese aumento es la caída de las partidas para educación inicial, primaria y secundaria.
Ante una consulta de LA NACIÓN, en el Ministerio de Educación cuestionaron la metodología que usó este diario para el análisis de los datos, aseguraron que el proyecto presentado “garantiza la continuidad de las líneas pedagógicas centrales en marcha” y señalaron que “para la función Educación el incremento es del 24%, superior al 23% de crecimiento de la administración pública”. Agregaron que “la función Educación es la inversión social que más crece luego de Seguridad y Asistencia Social”. Señalaron, además, que para arribar a una conclusión correcta debe tenerse en cuenta “el cambio en la relación entre la Nación y las provincias”, que, según sostuvieron, está “marcada ahora por la búsqueda de descentralización de recursos”.
“Para ponerlo en términos concretos: en 2015, las provincias y municipios recibieron el 40% de la recaudación federal de impuestos. Este año será del 47% y el año que viene, según el presupuesto, de casi 50%”, dijeron en el ministerio que conduce Alejandro Finocchiaro. “En consecuencia –agregaron-, la política de descentralización de recursos permitirá que las jurisdicciones subnacionales reciban este año $152.000 millones adicionales respecto de la distribución de 2015, implicando un esfuerzo fiscal cercano al 1,1% del PIB para el Tesoro Nacional”.
Para el diputado Daniel Filmus (Frente para la Victoria), el análisis de los datos solo habilita una lectura negativa. “Es un recorte como no se hizo nunca antes en la historia argentina en el sistema educativo”, sentenció. “Lo más grave es el ajuste en el programa de Infraestructura, porque en simultáneo se eliminó el fondo de la soja, que eran recursos que se usaban para hacer obras en las escuelas”, señaló el exministro de Educación. Filmus destacó, además, que el fondo de compensación salarial “está explícitamente en la ley de financiamiento educativo, como una herramienta para apoyar a las provincias más pobres”. Concluyó que “el congelamiento de este programa va a agravar la desigualdad entre las provincias”.
Con excepción del programa de Fortalecimiento Territorial y Acompañamiento de Organizaciones Educativas, que aumenta un 673% real, todas las paritarias para educación inicial, primaria y secundaria caen. El que sube es un programa chico, que apenas el 2% del total de recursos para los programas del ministerio.
Incentivo docente
Por volumen de gasto el ajuste más grande se da con el congelamiento del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) y Compensaciones Salariales, dos herramientas creadas para atenuar la desigualdad entre las provincias. Pasa de $25.522 millones a $26.419 millones, un aumento nominal del 4% y una caída real del 22,5%.
Otra partida grande que se congela es Gestión y Asignación de Becas a Estudiantes, que incluye el Plan Progresar. Pasa de $10.053 millones a $10.090 millones, un incremento nominal del 0,4% y una reducción real del 24,9%.
En volumen, la tercera disminución entre las más relevantes es la de Infraestructura y Equipamiento. Otras partidas que caen son las de Mejoramiento de la Calidad Educativa (12% nominal y 34% real) y de Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica (24% nominal y 43% real).