Daniela Cerdas E.
El Colegio Nacional Virtual Marco Tulio Salazar, creado en 2010, nunca desarrolló esa modalidad educativa, aunque el MEP le asignó presupuesto y docentes para ese fin. Tiene 1.265 funcionarios, 15.000 alumnos, pero un rendimiento académico de solo 50% de aprobación.
Durante 10 años, el Ministerio de Educación Pública (MEP) mantuvo en funcionamiento el Colegio Nacional Virtual Marco Tulio Salazar que llegó a tener 79 sedes en todo el país, con la idea de ofrecer una opción bimodal, es decir, presencial y virtual.
Luego de una década en operación, el propio Ministerio determinó que el centro educativo nocturno, con 1.265 funcionarios, ofrece un servicio “deficiente” a sus 15.000 alumnos, tiene escasa matrícula, hay un bajo rendimiento de sus estudiantes y una alta exclusión educativa.
Además, a pesar de haber sido creado para impulsar la educación virtual y recibió presupuesto y docentes para concretarlo, nunca llegó a desarrollar esa modalidad, pues los alumnos solo acuden a clases presencialmente.
Estas son algunas de las consideraciones que llevaron al Consejo Superior de Educación (CSE) a aprobar un cierre técnico del centro educativo, el cual se realizaría en un proceso de tres años a partir del 2021.
La matrícula actual será trasladada a otras instituciones para jóvenes y adultos.
Esta decisión se toma precisamente en un momento en que el Ministerio descubrió los vacíos que tiene en enseñanza virtual debido al desafío que impuso la pandemia de covid-19, que obligó a interrumpir el curso lectivo presencial y a implementar clases a distancia.
Ese plan, sin embargo, no ha sido efectivo para al menos la mitad de los estudiantes de escuelas y colegios.
Sin cumplir objetivos
El Colegio Virtual Marco Tulio Salazar se creó en el 2010 para la educación media formal en horario nocturno. La intención era ofrecer la enseñanza virtual a población de entre 15 y 18 años, principalmente trabajadora. Sin embargo, hay alumnos hasta de 50 años.
“Un estudio realizado por la administración hizo notar que esta oferta educativa presenta niveles de rendimiento académico, promoción, permanencia y exclusión de la población estudiantil con datos muy por debajo del mínimo país. La oferta tiene indicadores como una deserción intra-anual del 25% y aprobación de 50%”, informó el MEP.
A la fecha se registran 1.265 funcionarios en su planilla, de los cuales 756 son docentes.
¿Qué pasará con ellos? Según un comunicado del MEP, “en reunión con los sindicatos de educación se acordó crear una comisión para establecer un análisis de eventuales implicaciones laborales derivadas de la migración de estudiantes a otras modalidades educativas”.
Las 79 sedes están en edificios de otros centros educativos, pero tienen presupuesto propio que es manejado por la Junta Administrativa de la misma institución que los alberga.
Otro problema es el alto costo. Algunas sedes tienen 35 estudiantes, otras solo 7, pese a la Resolución 842-MEP-2014 fija como mínimo 15 estudiantes. Tan pocos alumnos por unidad “ocasiona una inversión de recursos sin un impacto significativo a la sociedad, contraviniendo los principios que señala la Ley Nº 8131 de la Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos”, dijo el MEP.
El informe dice que el “colegio virtual “brinda un servicio deficiente al estudiantado al no desarrollar la malla curricular completa, lo que lo coloca en una situación de desventaja a la hora de ser evaluado mediante pruebas estandarizadas”.
“Sin embargo, al no contar con una plataforma adecuada para brindar la atención virtual, esas lecciones no se han impartido según lo dispuesto al inicio y resalta que aun y cuando no se da una real impartición de esas lecciones a los estudiantes, el MEP sí ha realizado la inversión presupuestaria en el pago de estas”. Informe conocido por CSE
Además, pese a ser “colegio virtual”, ofrece servicio de transporte y alimentación a sus alumnos.
El MEP no tiene información detallada de cuánto es el presupuesto dedicado a las 79 sedes del llamado “colegio virtual”.
Fue hasta el 25 de marzo del 2020, que el Consejo Superior de Educación (CSE) conoció los resultados del estudio sobre posibilidades de traslado.
Durante esos cinco años, entre el primer análisis y la resolución del Consejo, el centro educativo siguió en funcionamiento a pesar de las decisiones halladas desde el 2015.
¿Qué problemas se encontraron?
Tener la capacidad de ofrecer las dos modalidades educativas, a distancia y presencial, era una de los objetivos fundamentales para crear este colegio, pero no se cumplió.
“Debía darse una incorporación gradual de la tecnología educativa que promoviera la enseñanza virtual.
“Sin embargo, al no contar con una plataforma adecuada para brindar la atención virtual, esas lecciones no se han impartido según lo dispuesto al inicio y resalta que aun y cuando no se da una real impartición de esas lecciones a los estudiantes, el MEP sí ha realizado la inversión presupuestaria en el pago de estas”, explica el informe que se dio a conocer en la sesión 11-2020 del CSE celebrada el 25 de marzo de este año.
Cuando se inauguró, se matricularon en esa oferta educativa 23.271 alumnos; pero, al 2020, ese número bajó a 15.015 alumnos.
En cuanto a las matrículas irregulares, el estudio determinó la coincidencia de alumnos de 13 años con compañeros de 26 y hasta 50 años.
"La convivencia estudiantil entre edades tan dispares en horarios nocturnos, no es lo más apropiado", indica el informe.
Otro de los inconvenientes, es la alta exclusión educativa y bajo rendimiento académico que se refleja en la cantidad de estudiantes aplazados y reprobados.
El informe también reveló conflictos entre los directores del centro educativo y la coordinación porque se ha atribuido el manejo del presupuesto del Colegio Virtual Marco Tulio Salazar.
“Aprueban y desaprueban compra de equipo u otros. Prohíben que la Junta (Administrativa) extienda informes del presupuesto ejecutado a la coordinación”, se indica.
Cierre técnico
Con este panorama, la Comisión de Planes y Programas recomendó al Consejo Superior de Educación aprobar la propuesta de cierre técnico, y para hacerlo estableció una ruta de cuatro fases.
Esas fases están orientadas al traslado de la matrícula de este colegio a ofertas de educación de jóvenes y adultos del MEP como colegios nocturnos, centros integrados de educación de adultos (Cindea) o institutos de educación comunitaria (IPEC).
La cuarta fase es el cierre del Colegio Nacional Virtual Marco Tulio Salazar.
En la sesión celebrada el 30 de marzo, el CSE aprobó las recomendaciones de la Comisión de Planes y Programas.
“El período de transición hacia el cierre técnico tendrá una duración máxima de tres años. Esto implicará que a partir del 2021 no se abrirá matrícula en sétimo y décimo, a partir del 2022, en octavo; y para 2023 en noveno. De la misma forma durante estos tres años no se recibirán estudiantes de nuevo ingreso en ninguno de los niveles“, se indica en en el acta 18-20 del CSE.
No se consideró una investigación encaminada a establecer eventuales responsabilidades por el fracaso de esta modalidad.
Melania Brenes, viceministra Académica del MEP, explicó que, los funcionarios que laboran en el Colegio Virtual también trabajan en otros centros educativos del MEP.
"Estos docentes siguen siendo considerados en las listas de oferentes de la Dirección de Recursos Humanos del MEP. Siendo que de darse la vinculación de esta oferta con las de Educación de Jóvenes y Adultos, la matrícula en estos aumentaría, así mismo la necesidad de docentes. De modo que, siguiendo el debido proceso, muchos de estos serían contratados para impartir dichas lecciones", explicó Brenes.
En lo inmediato, añadió, el MEP visualiza escenarios alternativos para la matricula de los actuales alumnos para concluir su trayectoria de aprendizaje.
A pesar de que la decisión de cierre está en firme, los alumnos hacen un último pulso para que no lo cierren. El lunes un grupo acudió a la Sala Constitucional a presentar un recurso de amparo en un intento de evitarlo.
“No queremos que cierren las instalaciones del colegio, hay posibilidades como el Cindea pero para muchos no funciona porque trabajamos y en el Cindea los horarios son a partir de las 4 p. m. ; aquí es a partir de las 5 p. m. por lo que hay más opción para poder trabajar”. Joselyn Santamaría, estudiante
Joselyn Santamaría, de 25 años, alumna del noveno año del colegio virtual en la sede del Liceo de Escazú, fue una de las que firmó la gestión.
“No queremos que cierren las instalaciones del colegio, hay posibilidades como el Cindea pero para muchos no funciona porque trabajamos y en el Cindea los horarios son a partir de las 4 p. m.; aquí es a partir de las 5 p. m. por lo que hay más opción para poder trabajar”, argumentó Santamaría.