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Ecuador: Reducción de tareas busca que el estudiante complemente su educación con otras actividades

DIARIO EL COMERCIO (2016/10/31) Desde enero del 2017 la cantidad de tareas a los estudiantes en Ecuador será regulada por el Ministerio de Educación. El ajuste curricular que involucra las tareas en el hogar busca que estos tengan como objetivo el aprendizaje. Fausto Segovia, exministro de Educación (1994-1996), piensa que no solo hay que regular la cantidad de deberes, sino el tipo de deberes.

El 3 de octubre esta Cartera de Estado emitió el acuerdo ministerial Nro. MINEDUC-ME-2016-00094-A, donde se regula la cantidad de deberes. En este se propone que el tiempo dedicado a tareas aumente de acuerdo con el nivel de instrucción y no pase de las dos horas diarias.

La disposición rige desde el año lectivo 2016-2017 en el régimen Sierra-Amazonía. Aunque, debe implementarse desde enero del 2017 para que las instituciones ajusten su planificación para incluir las tareas en lugar de enviarlas. En el régimen Costa la aplicación será desde el primer día de clases del ciclo 2017-2018.

El ministro de Educación, Augusto Espinosa, dice que la decisión ministerial se respalda en estudios internacionales. En el 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que los deberes son perjudiciales para la salud. Esto debido a que los estudiantes sufren de estrés sobre todo al “no entender la función de estas tareas, que se convierte en una carga sin sentido”.

Es por ello que el Ministerio decidió que la nueva política educacional se centre en tres elementos fundamentales: planificación, pertinencia y cantidad. Con ello se busca que las tareas tengan un objetivo, sean realizadas por cada estudiante y exista tiempo para desarrollar otras actividades.

Este DIARIO entrevistó a dos expertos sobre el tema, los cuales opinaron que la normativa aún debe ser trabajada. “Hay un gran problema con el proyecto para ocupar a los jóvenes, que ha estado ausente de parte del Ministerio de Educación. ¿Qué va a pasar con el tiempo libre que los chicos van a tener si es que ya no tienen esos deberes?”, manifiesta Claudia Tobar, directora del Instituto de Enseñanza y aprendizaje IDEA, de la Universidad San Francisco de Quito.

Por su parte Segovia cree que la medida puede ser válida siempre y cuando se genere una cultura de autodidactas. “Hay que enseñar a pensar, con autonomía. Aprender a aprender por sí mismos. Y el profesor ya no es el que dicta clase. El profesor es el que transmite el método para que cada estudiante aprenda por sí mismo”. Deberes, técnica para enseñar sobre la vida La educación no solo sirve para aprender cosas nuevas, sino que involucra la formación integral. Para el Ministro el exceso de deberes puede ser contraproducente para ello. “Los alumnos al estar cansados hacen las tareas solo porque se les está insistiendo, de forma sistematizada. ¿No será que estamos cultivando un adulto que después hará las cosas solo cuando es supervisado o cuando es forzado?” Segovia cree que el problema va más allá del control del tiempo. “El currículo por sí mismo no resuelve los aprendizajes. Es necesaria una metodología y varias didácticas que hagan posible que el estudiante aprenda, que el estudiante pueda desarrollar sus aptitudes y competencias para que sea un ciudadano responsable con valores”. Para Espinosa el tiempo sí es un factor que influye en el tipo de educación que se está dando. “Muchas veces, por el tedio y el cansancio, los deberes son realizados por los padres y presentados por los chicos como propios. Las tareas son un acto de honestidad intelectual y en estos casos se está incumpliendo”. Padres, coautores de la educación Con el anuncio de la medida muchos padres de familia comenzaron a plantearse que el tiempo libre puede llevar a la vagancia e incluso a las drogas. “En el modelo educativo de Finlandia, que es el que se está siguiendo, se argumenta que los niños al no tener deberes tienen tiempo para jugar. En nuestra cultura el jugar está mal visto. El que juega es un vago. No apreciamos el juego, no sabemos jugar”, explica Tobar. Sin embargo, el Ministro dice que la reducción de tareas debe ser vista como una oportunidad para los padres. “El haber regulado el tiempo dedicado a las tareas promueve la integración familiar, es decir, fortalece los nexos familiares”. Además, Espinosa considera que son los progenitores quienes deben fomentar el buen uso del tiempo libre. “En algunos hogares con posibilidades económicas a lo mejor tendrán que buscar escuelas deportivas, escuelas de arte, círculos de lectura, cualquier actividad que pueda llenar ese tiempo para sus hijos. Y en los sectores en donde quizás sea difícil pagar por estas escuelas es fundamental la organización comunitaria. Y quizás para seguridad de ellos (los estudiantes) habrá que asumir la responsabilidad de que siempre un adulto esté cuidándolos. Y quizá eso se pueda resolver haciendo turnos entre los padres de familia”. En cambio, el exministro de Educación establece que antes de implementar el acuerdo ministerial se debe preparar para el cambio a los profesores, estudiantes y “obviamente a los padres de familia que somos coautores de la educación”. Crecer en otras actividades El Ministerio está consciente de la preocupación que se generó en los padres de familia tras el anuncio de la disminución de tareas. Surgió la incertidumbre de ¿qué harán los niños y adolescentes durante el tiempo libre? Espinosa aclaró que la solución para mantener ocupados a los estudiantes no es que tengan muchos deberes. “Si se llena solo con tareas a los estudiantes probablemente no se estén desarrollando otros componentes importantes en la formación que posibilitan el desarrollo de habilidades, como las que se aprenden en el juego, como lo es el trabajo en equipo”. La directora del Instituto de Enseñanza y aprendizaje IDEA señala que el tiempo libre para que los niños realicen otras actividades es muy enriquecedor para su desarrollo. También lamenta que no exista o no se haya informado sobre una alternativa por parte del Ministerio de Educación para llenar este vacío. “¿Dónde está ese programa de extracurriculares enriquecido, con programas de ciencias, innovación, de programación que ahora está tan en boga, dónde está ese programa? Tobar explica que para ayudar a los chicos a descubrir qué los apasiona no se necesita mucha inversión, solo se debe permitir que exploren. “Teniendo oportunidades de ver si me gusta la música, si me gusta el deporte, si tengo algún interés en las artes. Y eso no necesariamente es costoso. Solo necesitamos alguien que le introduzca al ritmo, que le introduzca al espacio de qué te mueve. Busquemos mecanismos a pesar de los recursos”.

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