La presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood, abrió el 7mo Congreso Mundial en Canadá este martes con un discurso inaugural en donde repasó las acciones realizadas en los últimos cuatro años y los desafíos que quedan por delante en la federación sindical mundial de la educación.
La dirigente que representa a más de treinta millones de educadores en todo el mundo enfatizó que en el Congreso anterior la Internacional de la Educación tomó una resolución que demandaba que las políticas neoliberales no deben convertirse en la norma. “Dijimos que no podríamos aceptar que la gente más desposeída de nuestras sociedades fueran empujados más hacia la pobreza e inequidad. Desafortunadamente, en muchas partes del mundo es exactamente lo que ha sucedido”, dijo Hopgood.
La crisis financiera se ha utilizado en demasiadas instancias para justificar el asalto ideológico de los derechos sindicales y los servicios públicos, señaló la presidenta que fue interrumpida en varias ocasiones con aplausos de la audiencia, más de mil setecientos delegados provenientes de todo el mundo.
Para Hopgood, en el mundo, en general, estamos siendo conducidos a creer que el mercado es la respuesta para todas nuestros males económicos. Nos han hecho creer, continuó Hopgood, que “es culpa de los servicios públicos y sus trabajadores que nos llevó al abismo económico, en lugar de la acción de los bancos, las bolsas de valores y las corporaciones multinacionales.
La presidenta señaló que “vemos a las y los educadores y sus sindicatos culpados directamente por las acciones irresponsables de los gobiernos. Lamentablemente esa retórica ha sido incrustada en la conciencia social”.
“Mientras en el mundo el negocio de la educación se mueve hacia el territorio de lo público, el tiempo pasa rápido antes que muchos acuerdos de comercio internacional toman efecto. Muchos de ustedes los conocen por sus acrónimos: TISA, TTIP, CETA y TPP”, dijo Hopgood.
Para la presidenta de la Internacional de la Educación, el contenido de estos pactos es un secreto fuertemente guardado, considerado demasiado sensible para el entendimiento del común de la gente. “Pero lo que sí sabemos, a raíz de varias filtraciones, es que los servicios públicos, incluido el futuro de nuestros estudiantes, son pretendidos en el mercado abierto. Estos acuerdos amenazan con socavar los servicios públicos, dejando a los países en la imposibilidad de luchar contra los acuerdos en los tribunales nacionales o internacionales una vez que son firmados, sellados y servidos”.
Por eso se ha activado una campaña global en la Internacional de la Educación. “Nuestra campaña en respuesta a la comercialización y privatización de la educación representa nuestra respuesta a la amenaza a la que se ve expuesta la educación pública”, aseguró Hopgood.
El discurso arrancó varios aplausos cuando enfatizó que es tiempo de decir no.
“Es tiempo de decir que no a las políticas destructivas delineadas por la ideología neoliberal que solo busca expandir la brecha entre los que tienen y los que no. Tiempo para decir no a los acuerdos comerciales globales y tiempo de movilizar nuestra membrecía por los intereses del bien común para defender y promover una educación pública con calidad integral para todos y todas.”
La presidenta también mencionó otros desafíos que la Internacional de la Educación debe enfrentar como lo es la lucha contra el cambio climático. “Es tiempo de usar nuestra fuerza global para tomar acción, para ayudar a proteger nuestro ambiente y asegurar que las futuras generaciones puedan mirar hacia atrás a nuestras acciones con admiración y no con indignación”.