Luego de 30 años continuos de aplicación, las pruebas de Bachillerato dejarán de ser el mecanismo de evaluación final de cientos de estudiantes que finalizan la secundaria. Este 2019 se implementarán por última vez.
El Consejo Superior de Educación decidió en febrero anterior dejar atrás las pruebas de Bachillerato, las cuales no sufrían modificaciones desde su creación y sustituirlas por las nuevas pruebas de Fortalecimiento de Aprendizaje para la Renovación de Oportunidades (FARO).
De acuerdo con el VII Informe Estado de la Educación, el diseño de las pruebas nacionales ha estado influenciado por currículos lineales, concebidos por objetivos y basados en contenidos, no en habilidades y capacidades superiores, precisamente este es el primer objetivo de las nuevas pruebas.
“Ofrecen una valiosa oportunidad para transformar el papel de las pruebas nacionales en un escenario histórico, en el que ya no tienen cabida los paradigmas curriculares lineales, por contenidos y muy influenciados por el conductismo. Aunque la aprobación de exámenes no es un objetivo en sí mismo de la educación secundaria, son un instrumento de amplio potencial para promover cambios en el trabajo cotidiano en los salones de clases”, señala el informe.
Asimismo, una investigación presentada el año anterior por la Universidad Nacional (UNA), dejaba en evidencia algunas de las deficiencias de estos exámenes. Como parte de las principales conclusiones de este estudio, los investigadores aseguraban que este mecanismo de evaluación no mide el conocimiento real de los estudiantes, sino que son solo pruebas memorísticas.
“Son pruebas tipo todo o nada. Usted o las gana o las pierde y si las pierde ve limitado acceso al sistema universitario y queda en una situación al margen porque el colegio prácticamente se desentiende y usted tiene que desarrollar los mecanismos para seguir adelante”, aseguró Francisco González, uno de los investigadores de dicho estudio.
Según estadísticas del Ministerio de Educación Pública (MEP), desde 1980 a la fecha se registran cerca de 2 millones de personas que no completaron sus estudios.
Último año con cambios
Pablo Mena, director de Gestión y Evaluación de la Calidad explicó que, para este año, el Bachillerato se aplicará con tres cambios importantes aprobados por Consejo Superior de Educación.
La nota de presentación representará el 60% de la calificación, mientras que la prueba tendrá un valor de 40%.
En esa nota de presentación se van a incorporar todas las asignaturas que el estudiante cursa en su centro educativo y no solo las 6 que se evalúan con Bachillerato.
No se realizará la prueba de idioma. Los estudiantes se someterán a una prueba de dominio lingüístico la cual será aplicada del 6 al 22 de noviembre y no tiene calificación, sino que servirá de referencia para medir el nivel de dominio de una determinada lengua.
Los estudiantes de colegios académicos tanto diurnos como nocturnos realizarán las pruebas del 29 de octubre al 5 de noviembre, mientras los alumnos de colegios técnicos finalizarán los exámenes el próximo miércoles 25 de setiembre.
FARO inicia en mayo
Las pruebas FARO se aplicarán por primera vez y de forma obligatoria en mayo del 2020 para estudiantes de undécimo grado, quienes además tendrán una segunda oportunidad en noviembre.
Las pruebas estaban programadas para aplicarse en el mes de noviembre, sin embargo, el Consejo Superior de Educación tomó la decisión de modificar la fecha basados en la pérdida de lecciones a las que han sido expuestos los jóvenes.
Para este año se aplicarán las pruebas FARO como plan piloto en 161 colegios del país.