Diario El Tiempo (2014/12/16). Ese porcentaje afronta líos al buscar empleo, o por lo menos en su primera oportunidad laboral. Siguen siendo pocos los jóvenes de Bogotá que logran cumplir la meta de cursar estudios superiores. El 61 por ciento culmina la básica secundaria y media; solo el 16,9 por ciento ha llegado a la universidad y el 15,2 por ciento, a un nivel técnico o tecnológico.
Esta conclusión se desprende de una encuesta realizada por la Secretaría Distrital de Integración Social, el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud y el Observatorio de Culturas, en la que se entrevistó a 10.939 jóvenes, entre 14 y 28 años, de 19 localidades de la ciudad.
La idea era poder conocer la situación actual de derechos de los jóvenes residentes de la ciudad e implementar acciones de política pública desde el Distrito.
Cuando se les preguntó si querían seguir cursando sus estudios la mayoría respondió que sí. El 34 % desea lograr un nivel educativo universitario, el 13 % técnico o tecnológico, el 25 % especialización y el 20 % desea alcanzar doctorado y/o posdoctorado.
Pero, la mayoría indicó que los altos costos de los semestres siguen siendo el principal argumento para no estudiar así como la necesidad de buscar trabajo como mecanismo para ayudar a sus familias en los gastos del hogar o personales.
Según la encuesta, es bajo el porcentaje de jóvenes que trabajan y estudian (14 %). La mayoría o estudia o trabaja, 32 % y 33 % respectivamente. De los jóvenes que trabajan, el 24,3 % lo hacen para apoyar a su familia, y el 19,5 % lo hace para ser independiente. Solo el 9,7 % respondió que es para pagar los estudios superiores.
Otro de los problemas que limitan a los jóvenes en materia de educación es que siempre encuentran dificultades para conseguir empleo o por lo menos su primera oportunidad laboral.
No obstante, esta población no cree que la condición de juventud tenga una incidencia importante en la consecución de un trabajo y el 52,2 por ciento opina que la experiencia es lo más importante para lograr un empleo bien remunerado.
Aunque el 63,6 % de los entrevistados cursa o ha cursado su último nivel educativo en un establecimiento público, no reconocen el papel del Estado en la financiación educativa; al contrario, para el 68,1 % la familia ha sido la encargada de esta tarea.
Esta percepción se repite frente al apoyo recibido para las prácticas artísticas y deportivas y la educación no formal.
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