Cientos de estudiantes y profesores de Río de Janeiro (sureste de Brasil) protestaron este lunes contra los cortes presupuestarios en la educación dispuestos por el gobierno brasileño, frente a un colegio militar que recibía la visita del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
Empuñando cuadernos y pancartas a favor de la educación pública, estudiantes de secundaria, universitarios y profesores se concentraron desde temprano en las afueras del Colegio Militar de Río de Janeiro, donde se celebraban los 130 años de la institución en presencia del mandatario, del vicepresidente Hamilton Mourao y otras autoridades locales.
“¡La educación no es limosna, quita tus manos de mi escuela!”, coreaban los manifestantes, indignados luego que el Ministerio de Educación anunció la semana pasada un corte de 30% en el presupuesto de universidades e institutos federales de enseñanza pública.
Inicialmente, el ministro Abraham Weintraub anunció, en una entrevista con el diario Estado de Sao Paulo, los recortes para tres universidades acusadas de “sembrar el desorden”. Pero, ante el revuelo causado, la medida fue generalizada a todas las universidades federales.
“El gobierno redujo en 30% los recursos transferidos a instituciones federales. Eso congela la educación pública, la investigación, la educación técnica. Estas protestas tienen que continuar porque este gobierno ha atacado sucesivamente a la educación”, dijo a la AFP Maurilio Torres, estudiante de Derecho de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) y exalumno de una de las escuelas secundarias que se verán afectadas por los cortes.
Para evitar contacto con los manifestantes, Bolsonaro abandonó el colegio por una puerta trasera de la Escuela.
Durante la ceremonia, el primer mandatario -un excapitán del Ejército- elogió la “disciplina y el amor a la patria” preconizado en las instituciones militares, que ha prometido ampliar bajo su mandato.
Un grupo de egresados del Colegio Militar desfiló frente al presidente vistiendo boinas rojas; mientras muchos le dedicaron gestos de apoyo (formando un corazón con las manos), algunos lo reprobaron con sus pulgares hacia abajo.
De acuerdo con el sitio de noticias G1, las instituciones militares de enseñanza no sufrirán cortes porque dependen del ministerio de Defensa y no del de Educación.
Los cortes “van a comprometer enormemente la ciencia y la tecnología de Brasil de una generación entera”, asegura Katia Barbosa, de 57 años, docente de la Universidad Federal Fluminense y exalumna de la escuela local Pedro II, afectadas por los cortes.
“El gobierno está promoviendo un desmontaje completo del país, de todo lo que fue construido hasta hoy. Llevará muchos años reconstruir todo”, añadió Barbosa.
El presidente Bolsonaro ya había provocado un acalorado debate el viernes al señalar en su cuenta de la red Twitter que su gobierno estaba considerando recortar los fondos públicos asignados a los campos de filosofía y sociología en las universidades.
“El objetivo es centrarse en las corrientes que generan un retorno inmediato al contribuyente, como los estudios veterinarios, de ingeniería o médicos”, explicó.
Desde que asumió el poder en enero, Bolsonaro está empeñado en llevar adelante una cruzada ideológica para sustituir con los valores ultraconservadores que lo llevaron al poder los principales vestigios de lo implementado durante los gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) entre 2003 y 2016.